Granadilla está hoy de luto por la muerte de Eugenio Jiménez, uno de sus grandes valedores. Tuvo que emigrar cuando el pantano amenazó con inundarlo todo pero no se rindió y fundó la asociación Hijos de Granadilla. Hoy, su testimonio es el mejor homenaje a su legado.
Un luchador infatigable
Su lucha fue devolver Granadilla a sus hijos y clamar contra la injusticia que vivieron. Fueron obligados a abandonar su hogar, por decreto de 1955, por la construcción del embalse Gabriel y Galán. El agua nunca alcanzó al pueblo.
Eugenio mantuvo en pie su historia, que tantas veces nos contó a los periodistas que tuvimos la suerte de entrevistarlo: "Granadilla se funda en el año 1170 por Fernando Segundo de León. En un principio se llamó Granada y cuando los Reyes Católicos conquistaron la actual Granada, para que en el reino no hubiera dos Granadas, a esta le ponen de nombre Granadilla. Y luego después, el primer Duque de Alba, en el año 1474 mandó construir el castillo".
Exiliado con solo once años
Eugenio tenía once años cuando tuvo que abandonar el pueblo para instalarse en Alagón del Río en una vivienda insalubre: "Eran de una especie de cartón, que en verano nos asábamos de calor y en invierno había que sufrir las goteras", nos contó como una etapa más del exilio de una persona luchadora desde su infancia.
Desde Alagón del Río su familia se vio obligada a emigrar a Madrid en busca de un porvenir. Muchos años después Eugenio regresó a su tierra para instalarse en Jaraíz de la Vera, en un hogar cargado de recuerdos de Granadilla: "Por ejemplo a la casa la he llamado Villa de Granadilla. También tengo cuadros pintados y siempre, siempre la llevo conmigo"
Y seguro que ahora Granadilla, como nosotros, llevará para siempre consigo el recuerdo de Eugenio.
