11 Septiembre 2024, 14:00
Actualizado 11 Septiembre 2024, 14:00

Nuestro planeta está en constante movimiento, tanto por tierra, como por mar y aire. Los geólogos hablan, por tanto, de un planeta muy vivo y no como la Luna que lleva con el mismo aspecto desde que se formó. Las placas tectónicas forman un gigantesco puzle en cuyas junturas se dan enormes tensiones, roces y esfuerzos. Se da entre ellas una fricción que, cuando supera cierto límite, provoca los seísmos y se dan alteraciones del nivel del terreno, subiéndolo o hundiéndolo.  

En este sentido, hace 5,5 millones de años el estrecho de Gibraltar desapareció como tal y dejó al mar Mediterráneo aislado del océano Atlántico. Las altas temperaturas del clima de entonces acentuó la evaporación del agua y aumentó, por tanto, la salinidad. Se llevó a tal punto que se convirtió en salmuera, provocando la muerte y la desaparición de la flora y fauna de entonces. 

Un equipo de científicos ha evaluado cómo fue aquel impacto y los datos son asombrosos: sólo sobrevivió el 11% de las especies que vivían en aquel Mediterráneo primitivo y la vida taró 1,7 millones de años en recuperar la normalidad.  

Estos resultados se han publicado este verano en la revista Science y lo puedes leer aquí   https://www.science.org/doi/10.1126/science.adp3703   

Hablamos con Francisco Javier Sierro, uno de sus autores, perteneciente al departamento de Geología de la universidad de Salamanca. Esta entrevista se emitió el pasado miércoles 11 de septiembre de 2024 en “El sol sale por el oeste”. Pincha en la imagen y escucha la entrevista.  

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